martes, 2 de junio de 2015

Objetivos de la Unidad 2 #ABPmooc_INTEF

        Esta semana nos centramos en la SOCIALIZACIÓN RICA de los proyectos en el aula. Se nos ha explicado en qué consiste y se nos han dado las ideas clave para enriquecer los procesos de socialización.
        
        Para comprenderla un poco mejor y complementar nuestras ideas sobre la misma, se nos plantean dos objetivos:

  1. Escoger tres metáforas visuales que comuniquen los valores sociales de nuestro proyecto: 
     Realizada con canva.com

     Realizada con canva.com
   <iframe src="//www.pixton.com/es/embed/9te147lf" frameborder="0" width="100%" height="384" allowfullscreen></iframe>                                   Cómic realizado con pixton.com Disculpadme pero me negué a pagar casi 8 dólares para poder descargarlo, y por eso pongo el enlace. 


2. Autoevaluar cuál ha sido hasta el momento nuestra práctica cooperativa:

Uso estrategias de aprendizaje cooperativo, aunque no todo el tiempo…Siempre depende de la cohesión que hay en el grupo, del tiempo, la movilidad, e incluso del centro y las familias. Sin embargo, cuando hay disponibilidad y se acepta el cambio de metodología, sí que organizo la clase por parejas, tríos o pequeños grupos (igualmente hay que tener en cuenta el número de alumnos) para realizar tareas conjuntas, ya sean de razonamiento, investigación, exposición, debate... Estos pequeños grupos pueden ir aumentando para poner en común sus resultados y compartir valoraciones.

Procuro que los grupos sean lo más heterogéneo posible en todos los ámbitos (sexo, nivel, etnia, inquietudes…) En ocasiones me influye la asignatura que me toca impartir, además del nivel o el curso, ya que no es lo mismo encargar un trabajo de investigación sobre el avestruz a unas niñas de primero en ciencias naturales, que un “roll-play” en inglés sobre la guerra de la independencia en EEUU a la clase de 5º y 6º. Pero, en realidad, da igual la tarea que se encargue, porque el aprendizaje cooperativo siempre da buenos resultados. Esto es debido a que los alumnos se implican en su aprendizaje, se sienten motivados al verse más libres para decidir y actuar, y ven que están haciendo algo útil y significativo. El grupo se respeta, se apoyan, e incluso me atrevería a decir que se exigen más los unos a los otros de lo que lo hacemos los maestros. Además, estoy segura de que también se debe a que, como maestra, me dejo llevar más por mi criterio, me siento más motivada a innovar y hacer cosas que despierten la curiosidad y la imaginación de mis alumnos/as; y menos atada a los libros y las programaciones, porque sé que al basarme en el currículo no dejo de lado la normativa y los chicos y chicas van a conseguir APRENDER los contenidos y desarrollar sus capacidades.

A veces todos tienen un fin común y ellos mismos reparten la tarea y se asignan el trabajo que hace cada uno, o lo van haciendo todos juntos y a la vez, por ejemplo para hacer un mural informativo sobre cualquier tópico. En otras ocasiones, cada miembro o dos del grupo tiene asignada una función que contribuye y es necesaria para llegar al objetivo común, por ejemplo para crear un vídeo sobre la memoria histórica de la localidad, hice el equipo de investigación, el equipo de entrevistas y el equipo de imagen y sonido. Al sentir que se necesitan y que se complementan se desarrollan la autoestima y la autonomía, además del sentido de pertenencia a un grupo.

La evaluación se realiza de forma directa, al observar el trabajo, tanto individual como del grupo, durante el proceso; y al final, al contemplar si los resultados son los que se deseaban. Los propios alumnos también se autoevalúan de manera individual y colectiva. En la observación de los grupos procuro fijarme si han funcionado bien como conjunto, si ha habido desacuerdos, si alguien ha intentado trabajar menos o dominar al resto… Para ver qué cambios de compañeros o de actitudes se podrían realizar en sucesivos agrupamientos.

Como comentaba al principio, creo que hay ciertas actividades que son mucho más realistas si participan personas del entorno, pero no todos están dispuestos a colaborar. No confían en que de este modo se les esté enseñando algo a los niños, porque todavía consideran que el colegio es un mundo aparte y que si les pides ayuda es “porque así tú haces menos trabajo y yo tengo que perder el tiempo”. También tengo que decir que, por suerte, estas respuestas ya se dan en pocos casos, y que existe infinidad de gente que está dispuesta a colaborar en todo, y que siempre pueden aportar ideas nuevas que a nosotros tal vez no se nos habrían ocurrido.

En conclusión diré que mi práctica cooperativa hasta el momento ha sido buena y con resultados espectaculares, pero más esporádica de lo que debería. Por ello necesito cambiar ese aspecto, apenas dedicarle tiempo al modelo individualista, y aventurarme a programar más proyectos y actividades de aprendizaje cooperativo.





    


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