Parece que fuera
ayer cuando comenzaba la primera semana de este curso de ABP e inauguraba mi
primer blog…Y “burla burlando van las tres delante”.
Empezamos la
semana 4, dedicada a la EVALUACIÓN.
El objetivo, como siempre, es hacer una actividad de introspección para observar y
comprobar nuestra práctica educativa:
Utilizo diferentes prácticas de evaluación,
dependiendo de la fase en la que nos encontremos, e incluso de la asignatura. Al
principio de curso y al comienzo de algunos temas (sobre todo en inglés)
realizo una Evaluación Inicial,
mediante pruebas escritas y orales. Durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje realizo la Evaluación Continua, a través de la observación directa,
tanto del trabajo en clase y en casa, como de la actitud, el esfuerzo y el
comportamiento; también llevo a cabo “La corrección al compañero”, una especie
de evaluación entre pares, en determinadas tareas en las que deben corregir a
un compañero/a y añadir alguna crítica constructiva y también palabras
de aliento. Y al final de la unidad, del trimestre y del curso, realizo la Evaluación Final, por medio
de pruebas escritas y orales. En inglés suelo usar el Portfolio
(en formato papel) que sirve a los alumnos como Autoevaluación. También realizo la autoevaluación
propia, tanto de diseño como de puesta en práctica, analizando resultados y
considerando posibles cambios.
La evaluación
continua es la que más información me da, pues puedo ver a los estudiantes
desde distintos ángulos: actitudes, comportamientos, esfuerzo, estudio…etc.
Pero las evaluaciones finales básicamente muestran escolares replicando la
lección aprendida (y, en ocasiones, no interiorizada) y no actuando en su
entorno y relacionando conocimientos con realidad. Este tipo de evaluaciones
permiten valorar las competencias, pero más las que de alguna manera son
correlativas a las áreas (lingüística, matemática y científica) que las que
están en relación al desarrollo personal (aprender a aprender, iniciativa,
valores sociales…)
Tras reflexionar
estos aspectos sobre mis estrategias de evaluación, creo que, entre 0 y 10, mi
nivel de satisfacción rondaría el 6 (casi 7 si soy buena conmigo misma…). Por lo
que estoy dispuesta a cambiar y a mejorar, sé que gracias a este curso voy a
dar un paso más en esa índole. También tengo que decir que no todo es culpa
mía: por un lado, lo hago como me han enseñado y, dentro de lo que sé, intento
aplicarlo de la mejor manera; y, por otro, en la mayoría de los centros en los
que he trabajado se especifica el tipo de evaluación, con los porcentaje y las
ponderaciones de cada aspecto a evaluar, con lo cual innovar se queda lejos del
alcance.
Continuando con el
tema de los centros, en el que trabajo actualmente prácticamente quienes
evaluamos somos los docentes y a nosotros nos evalúa el inspector de zona
cuando hacemos las reuniones de evaluación. Se evalúa mucho los contenidos de
saber, y, aunque también hay espacio para el saber hacer y para las actitudes,
éstos adquieren menor rango. Se evalúa al final de cada unidad didáctica
trabajada o al final de varias, si se han unificado contenidos. Según el funcionamiento
de las aulas y los métodos propios de cada maestro, al final de trimestre se
vuelve a evaluar o se calcula la nota media con las notas anteriormente
recogidas. A nivel general la principal herramienta utilizada son los exámenes
(escritos, en su mayoría), y en menor medida y, según la temática y/o el área,
también se usan plantillas de observación para evaluar el trabajo diario o la
producción final de alguna tarea (por ejemplo, la actividad de “Show and tell” en inglés).
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