viernes, 12 de junio de 2015

Objetivos de la Unidad 4 #ABPmooc_INTEF

Parece que fuera ayer cuando comenzaba la primera semana de este curso de ABP e inauguraba mi primer blog…Y “burla burlando van las tres delante”.

Empezamos la semana 4, dedicada a la EVALUACIÓN.

El objetivo, como siempre, es hacer una actividad de introspección para observar y comprobar nuestra práctica educativa:
 Utilizo diferentes prácticas de evaluación, dependiendo de la fase en la que nos encontremos, e incluso de la asignatura. Al principio de curso y al comienzo de algunos temas (sobre todo en inglés) realizo una Evaluación Inicial, mediante pruebas escritas y orales. Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje realizo la Evaluación Continua, a través de la observación directa, tanto del trabajo en clase y en casa, como de la actitud, el esfuerzo y el comportamiento; también llevo a cabo “La corrección al compañero”, una especie de evaluación entre pares, en determinadas tareas en las que deben corregir a un compañero/a y añadir alguna crítica constructiva y también palabras de aliento. Y al final de la unidad, del trimestre y del curso, realizo la Evaluación Final, por medio de pruebas escritas y orales. En inglés suelo usar el Portfolio (en formato papel) que sirve a los alumnos como Autoevaluación. También realizo la autoevaluación propia, tanto de diseño como de puesta en práctica, analizando resultados y considerando posibles cambios.
La evaluación continua es la que más información me da, pues puedo ver a los estudiantes desde distintos ángulos: actitudes, comportamientos, esfuerzo, estudio…etc. Pero las evaluaciones finales básicamente muestran escolares replicando la lección aprendida (y, en ocasiones, no interiorizada) y no actuando en su entorno y relacionando conocimientos con realidad. Este tipo de evaluaciones permiten valorar las competencias, pero más las que de alguna manera son correlativas a las áreas (lingüística, matemática y científica) que las que están en relación al desarrollo personal (aprender a aprender, iniciativa, valores sociales…)

Tras reflexionar estos aspectos sobre mis estrategias de evaluación, creo que, entre 0 y 10, mi nivel de satisfacción rondaría el 6 (casi 7 si soy buena conmigo misma…). Por lo que estoy dispuesta a cambiar y a mejorar, sé que gracias a este curso voy a dar un paso más en esa índole. También tengo que decir que no todo es culpa mía: por un lado, lo hago como me han enseñado y, dentro de lo que sé, intento aplicarlo de la mejor manera; y, por otro, en la mayoría de los centros en los que he trabajado se especifica el tipo de evaluación, con los porcentaje y las ponderaciones de cada aspecto a evaluar, con lo cual innovar se queda lejos del alcance.


Continuando con el tema de los centros, en el que trabajo actualmente prácticamente quienes evaluamos somos los docentes y a nosotros nos evalúa el inspector de zona cuando hacemos las reuniones de evaluación. Se evalúa mucho los contenidos de saber, y, aunque también hay espacio para el saber hacer y para las actitudes, éstos adquieren menor rango. Se evalúa al final de cada unidad didáctica trabajada o al final de varias, si se han unificado contenidos. Según el funcionamiento de las aulas y los métodos propios de cada maestro, al final de trimestre se vuelve a evaluar o se calcula la nota media con las notas anteriormente recogidas. A nivel general la principal herramienta utilizada son los exámenes (escritos, en su mayoría), y en menor medida y, según la temática y/o el área, también se usan plantillas de observación para evaluar el trabajo diario o la producción final de alguna tarea (por ejemplo, la actividad de “Show and tell” en inglés). 

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